La miniserie de Netflix, 'El silencio', prometía ser una producción de prestigio que dejaría al espectador sin palabras. Sin embargo, el resultado final no cumple con las expectativas y ofrece muy poco que valga la pena en sus seis episodios. Aunque en un principio parece que la serie se centrará en el misterio de un adolescente que acaba con la vida de sus padres y no ha hablado desde entonces, pronto se complican las tramas y los elementos no se integran de forma satisfactoria.
Una de las subtramas protagonizadas por otros personajes de la serie no logra conectarse con la trama principal y termina alejando el interés del espectador. A pesar de que los personajes de Arón Piper y Almudena Amor deberían ser los ejes centrales de la serie, el extraño vínculo entre ellos y la falta de credibilidad en su desarrollo hacen que el potencial de 'El silencio' se diluya por completo.
Es evidente que la serie fue escrita con el objetivo de llegar a un final impactante y conceptualmente poderoso. Sin embargo, el desarrollo de la trama previa al desenlace se siente forzado y poco efectivo. La serie intenta mantener la intriga con giros y cliffhangers, pero no logra profundizar lo suficiente en la psicología del protagonista.
'El silencio' termina teniendo lo peor de dos mundos, ya que no logra desarrollar de manera satisfactoria la problemática personalidad del protagonista ni aprovechar el talento de actores como Ramiro Blas. La serie de Netflix deja la sensación de que se necesitarían más episodios para explorar adecuadamente los temas planteados.
Este resultado genera cierta expectativa ahora en las nuevas audiencias, ya que en las redes sociales el final es bastante debatido. Para algunos, se trata de un cierre bien planteado, mientras que otros siguen señalando que la serie los dejó sin palabras, pero en un sentido negativo.