La obesidad ees un problema que afecta tanto a los perros como a sus dueños. En algunos países, el peso la primera causa de problemas de salud en animales domésticos. Las causas de la obesidad en mascotas son varias: insuficiente ejercicio, demasiado alimento extra -como las sobras de la mesa y otras exquisiteces que les damos- y la falta de conocimiento sobre el peso ideal de un animal.
Por eso, “Trust me, I'm a vet” (Confía en mí, soy veterinario) realizó un estudio con 13 voluntarios y sus perros para descubrir cómo ayudarlos a reducir peso.Los investigadores se plantearon averiguar qué tiene un mayor impacto: cuánto comen o cuánto ejercicio hacen. Para ello, primero analizaron a cada uno de los animales, tomando nota de su peso, su historia clínica y su temperamento.
Al Grupo 1 se le asignó una dieta diseñada específicamente para cada perro según su peso. Se les pidió a los dueños de las mascotas que les dieran una cantidad preestablecida de comida de perro cada día y que no les dieran ningún otro alimento. Se les ordenó mantener la rutina de ejercicios habitual de cada animal y una semana antes de comenzar, se le colocó un collar que medía su actividad y que se les volvió a colocar al final del estudio.
Al Grupo 2 se le asignó un plan de ejercicios personalizado para cada animal con exceso de peso, que aumentó en al menos un tercio su actividad habitual. Así, por ejemplo, si un perro solía caminar 40 minutos, se le pidió al dueño que lo pasee por 1 hora. O si el animal jugueteaba tres veces al día, se agregaba una sesión más. También se le dio a los canes un juguete para ejercitarse y se les colocó el mismo collar especial.
Tras dos meses, el Grupo 1, que había comido menos, tuvo una pérdida de peso de 10% en promedio. En el Grupo 2, que ejercitó más, la pérdida fue mucho menor: 2% en promedio. Además, el trabajo mostró concluyentemente que una reducción de calorías en la dieta de los perros es la manera más efectiva para que pierdan los kilos de más.El estudio también reveló que los perros que estuvieron a dieta se movieron más de lo habitual, a pesar de que sus dueños no modificaron su rutina de ejercicios. Esto sugiere que haber perdido peso hizo que los perros se sintieran naturalmente más propensos a estar activos.