La ducha es uno de los lugares de nuestro hogar que más rápido se ensucia y al que más hay que cuidar, ya que su uso frecuente puede presentar signos de moho y de cal que hay que eliminar para siempre. Dentro de este rincón, también entra en juego las mamparas de vidrio que son las más propensas a mancharse con cierta facilidad, sobre todo si usamos “aguas duras”.
La cal, el moho y la suciedad incrustada se puede llegar a prevenir en la mampara de ducha, tan expuesta al desgaste por el contacto con el agua y productos jabonosos. Por ello, te aseguramos que con estos 3 maneras de prevenir que la suciedad aparezca y se incruste.
La primera de todas estas formas será utilizando una pasta de bicarbonato de sodio y agua. Aquí deberás usar una esponja para aplicar la pasta y frotar con movimientos circulares. Recuerda que si utilizas cepillos duros o ingredientes más abrasivos puedes dañar el vidrio, pero la pasta de bicarbonato de sodio funciona bien para áreas más pequeñas donde las manchas no son graves.
Otra de las formas será la de remojar las zonas más pequeñas de la mampara, preparando una solución con un 50% de vinagre blanco y un 50% de zumo de limón y remojando los artículos manchados durante varias horas. Este es el sistema que más funciona, ya que el ácido del vinagre y el zumo de limón descomponen naturalmente los minerales del agua dura y elimina las manchas sin restregar.
Por último, se puede recurrir a rociar los cristales agregando amoníaco o vinagre blanco a tus productos de limpieza habituales que no contengan lejía. Agregando amoníaco o vinagre blanco a tus limpiadores en aerosol hará que los dotes de un poder adicional contra las manchas de agua dura que se presentan en la mampara.