El café es considerado como parte de una alimentación más sana, sobre todo porque su consumo se ha vinculado con un menor riesgo de sufrir ciertas enfermedades, incluidas las coronarias y algunos tipos de cáncer. Pero a medida que nos estamos volviendo más conscientes de la relación entre la dieta y la salud, se está culpando con más frecuencia a la cafeína de la ansiedad y los problemas del sueño.
Como resultado, se ha detectado un creciente interés por el descafeinado entre los que aman el sabor o el ritual de tomarse una taza de caliente café. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la oferta de bebidas descafeinadas alternativas al café que prometen llenarnos de energía sin ponernos nerviosos y cuyos ingredientes incluyen antiguas hierbas medicinales y los llamados “superalimentos”.
En algunas cafeterías además de los cafés con leche tradicionales, encontramos hoy lattes de remolacha, cúrcuma y maca. El ginseng y la moringa son otros ingredientes que se comercializan como alternativas saludables al café y que también dan un impulso de energía. Muchos de estos ingredientes contienen compuestos bioactivos vegetales que, al ser consumidos, pueden influir en nuestra salud. Pero no está claro si pasar del café descafeinado a una bebida sin cafeína aumenta realmente tu energía y mejora tu salud.
Hoy en día existen muchos sustitutos para el café, pero resulta difícil ver los beneficios en ciertas dosis, por lo que no hay una respuesta simple. Los lattes de cúrcuma, maca y moringa contienen dosis demasiado pequeñas de estos ingredientes como polifenoles para que sean beneficiosos para la salud, e incluso podrían causar efectos secundarios de los que aún no sabemos. Entonces, puede que no sea tan novedoso como la remolacha o la cúrcuma, pero un buen café sin cafeína a la antigua puede, por ahora, ser la apuesta más segura.
Charlotte Mills, profesora de ciencias de la nutrición en la Universidad de Reading, en Reino Unido, sostiene: “El del café es un tema muy complejo. Y eso puede estar haciendo que la gente tienda más a productos más unidimensionales, como los denominados “superalimentos”. Son más fáciles de entender”. Agrega que “se necesita mucha más investigación sobre estas cosas antes de que las consumamos como bebidas saludables”. “Si quieres un café sin cafeína, te sugiero un café descafeinado”, concluye Mills.