Los perros se comunican mediante el ladrido. Esa es su forma más común sea para "dialogar" con los humanos o sea con otros animales. Hay algunas razas de perros que son más tranquilas y ladran menos y hay otras que realmente son muy ruidosas. Pero, ¿qué nos quieren decir nuestras mascotan cuando ladran? Cómo entender el significado de los ladridos, que puede variar desde una demostración de alegría hasta el alerta de algo peligroso.
Así como los humanos nos comunicamos mediante palabras y gestos, los perros lo hacen a través del sonido de su ladrido que tiene distintas frecuencias y sonoridades. No son para nada aleatorios y responden a lo que el animal quiere comunicar en el momento.
Por ejemplo, existe el ladrido de un perro aburrido. Este se da generalmente entre aquellas mascotas que se quedan solas mucho tiempo y se empiezan a impacientar. Entonces, ladran fuerte y prolongado y, puede o no, estar acompañado con alguna destrucción dentro de casa. En cambio, el ladrido de un perro feliz es fuerte pero corto y repetitivo y suele estar acompañado de mucha gestualidad como saltos o movimientos de su cola.
También podemos encontrarnos con los ladridos de perros necesitados. Estos suelen aparecer después de los del aburrido y refieren a esa necesidad de compañía que, fundamentalmente, requiere un cachorro. Generalmente ladra, ladra y ladra de manera excesiva y dirigiéndose a su humano como un reclamo de atención. Otra de las señales que nos dan nuestros perros es el ladrido protector, que es muy similar al del enojado. Es fuerte y agudo y suele ir acompañado de gruñidos, cola levantada y posición de ataque. Se da hacia personas o animales desconocidos, generalmente durante un paseo.
Hay algunas razas de perros que son muy territoriales y cuando alguien se acerca a su espacio o a sus objetos, reaccionan. Su ladrido se dirige por ejemplo a las visitas, a una nueva mascota o a alguien que se le acerque a su humano. En el listado de ladrido también tenemos que prestar especial atención a dos: el del perro con miedo y el del perro enfermo. El primero viene acompañado de una postura retraída e incómoda, con la cola metida entre las piernas y temblores; y el segundo parece más un grito.