La viruela del mono ha logrado llamar la atención de los organismos de todo el mundo. Luego de que su presencia fuera detectada hace unos 50 años en el continente africano, por primera vez, esta enfermedad ha logrado traspasar las fronteras y llegar a Europa y América.
El crecimiento del brote, que ya presenta más 750 casos en todo el mundo, ha hecho que médicos y especialistas de salud a nivel global, comiencen a tomar medidas. En principio, piden estar alerta a los síntomas de la viruela del mono ya que casi todos tienen similitud con otras enfermedades como son algunas otras eruptivas, tal el caso de la varicela, o incluso, con una gripe común.
Otro dato que ha empezado a preocupar en estos días, es el modo de transmisión, ya que se ha descubierto que el modo de contagio puede darse a través del contacto directo con fluidos corporales. En este sentido, miembros de la agencia de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA) señaló que “una proporción significativa” de los casos recientes de viruela del mono se han identificado entre hombres homosexuales o bisexuales. No obstante, agregaron que quienes corren mayor riesgo son las personas que han tenido contacto físico cercano con alguien con viruela del mono.
Esto ha llevado a algunos a establecer un paralelismo entre la viruela del mono y los informes iniciales que se emitieron en la década de los 80 sobre VIH-Sida. De todas formas, toda la evidencia disponible sugiere que el riesgo no se limita a los hombres que tienen sexo con hombres. De acuerdo a la agencia AP, la teoría que explicaría la reciente propagación son las fiestas clandestinas celebradas en España o Bélgica, tal y como confirmó uno de los principales asesores de la OMS.
Algunas voces ya se han alzado contra esta teoría y piden más información concreta debido a que el paralelismo entre las dos enfermedades alimentará el estigma hacia un grupo de la población y pondrá en peligro la respuesta al brote. En tanto, la OMS indica que los casos de viruela del mono reportados hasta el día de hoy no tienen vínculos establecidos, y que los casos sospechosos en más de diez países miembros, no tienen relación específica con una comunidad.