La limpieza de la cabeza de la regadera es una tarea importante que debe ser incluida en la rutina de limpieza regular. Los minerales y depósitos de calcio que se acumulan en la cabeza de la regadera pueden restringir el flujo de agua y bloquear las boquillas por completo. Además, los restos de jabón y otras suciedades pueden empeorar la situación.
Por lo tanto, es importante limpiar la grifería regularmente con un poco de jabón y un paño húmedo, luego aclara y seca. Al enjuagar la cabeza de la regadera, se puede barrer las boquillas con los dedos, aplicando una ligera presión.
Para una limpieza más profunda de la cabeza de la regadera, se puede utilizar el vinagre blanco destilado, que es un producto básico favorito del hogar. Se puede utilizar una bolsa de plástico resistente para guardar alimentos, ligas de plástico, un paño de microfibra y un cepillo de dientes viejo. También se necesitará un clip o un palillo para más tarde. Si no cuentas con vinagre blanco destilado en tu despensa, el vinagre de manzana también funciona. Una mezcla de una parte de jugo de limón y una parte de agua también puede servir.
Para comenzar, llena la bolsa de plástico hasta la mitad con el vinagre destilado y coloca la bolsa sobre el cabezal para que quede completamente sumergida en el líquido. Asegúrate de que la bolsa esté asegurada a la cabeza de la regadera con algunas ligas de plástico alrededor de la parte superior de la bolsa. Es importante cerrar la cortina de la regadera o las puertas de cristal en caso de que se produzca un derrame si la bolsa llena de vinagre se suelta y cae.
Deja la bolsa en su lugar durante unas horas o durante toda la noche, dependiendo de la cantidad de acumulación de calcio y minerales en la cabeza de la regadera. Una vez que se retire la bolsa, se debe usar un cepillo de dientes viejo para frotar suavemente cualquier acumulación restante. Luego, se enjuaga la cabeza de la regadera con agua limpia y se seca con un paño de microfibra.