Cada vez son más las causas relacionadas con el cansancio o la fatiga, que terminan afectando a la salud, y por las que en muchas ocasiones se llega a consultar a especialistas. Las situaciones de la vida cotidiana y el ritmo del trabajo pueden llevar continuamente a una persona a vivir situaciones de tensión y stress.
Uno de los problemas que se manifiestan en forma frecuente, es el burnout. Este estado, también conocido como el síndrome del desgaste profesional, se presenta como una reacción que el trabajador puede tener cuando sufre exceso de trabajo y estrés crónico.
También se suele relacionar al síndrome del quemado a situaciones de insatisfacción laboral, debido a que no se cumplen con las expectativas o que su realidad está lejos de sus ideales. Esto hace que la persona no se sienta a gusto en su ambiente laboral, y prevalezca la negatividad ante las distintas situaciones que se le presentan, debido a la imposibilidad de relajarse o desconectarse de su trabajo diario.
Además, estas características dificultan la relación con otras personas, ya que suele presentarse un estado de ánimo irritable, distante, de mal humor. Los síntomas del burnout van a depender de cada una de las personas y no siempre se van a presentar en la misma intensidad. Algunos de ellos pueden ser: sentimientos de baja realización, agotamiento emocional y despersonalización o conductas negativas.
Si bien suele confundirse con el stress laboral, este síndrome es una consecuencia del mismo. Asimismo, cuando alguien está quemado, puede manifestar varios síntomas físicos y emocionales, como: déficit de atención, agresividad, trastornos de sueño, ansiedad, depresión, migrañas, o trastornos alimenticios. Algunas recomendaciones ante la aparición de estos síntomas, van desde el empleo de técnicas de autocontrol tanto mentales como ejercicio físico, al cambio de ambiente laboral.